lunes, 24 de diciembre de 2012

Avería y Redención


01
John Mayer
Born and Raised


Para los que me conozcan, sabrán que no es sorpresa encontrar en esta posicion el último trabajo de John Mayer, 'Born and Raised'. El músico americano es, desde hace un tiempo, mi mayor referente musical, y su quinto disco de estudio ponía fin a una sequía de más de dos años de material, noticias y apariciones del bluesman de Connecticut. Creo que 'Born and Raised' era ya, de antemano, mi disco del año sencillamente porque ha sido el disco que más he esperado nunca. Y eso que, como el propio Mayer afirma, 'Born and Raised' es un disco cuyo proceso de creación fue documentado lo mínimo posible, con lo cual cada goteo de información al respecto que se producía generaba en mi unas expectativas que finalmente, a diferencia de lo que suele pasar en estos casos, el trabajo final ha cumplido.

'Born and Raised' es un disco para viajar, para pensar, para avanzar. Un trabajo que Mayer ha calificado como "perfecto para viajes, momentos de convaleciencia, preocupación y soledad". Toda la temática del disco gira alrdedor del cambio, del camino que uno debe recorrer en la vida para avanzar, de dejar de preocuparse por tonterías, de dar importancia a lo que de verdad la merece. Por trillada que sea esta temática, funciona perfectamente, ya que encontramos la faceta más clara y consciente de Mayer en el trabajo lírico, firmando las mejores letras de su carrera. Es un disco de redención al fin y al cabo, y aunque el tono sombrío por haber fallado en el pasado es una constante, todo el disco tiene un aire positivo, como quien mira de nuevo al futuro con una perspectiva diferente.

Las influencias musicales, desde Bob Dylan a Joni Mitchell, pasando por Neil Young o Tom Petty, se aprecian tanto por sonido - acústico en su núcleo, pero con arreglos eléctricos de un gusto exquisito - como por referencias, tanto en las letras como en las colaboraciones (Crosby, Stills & Nash participan en un par de temas). 'Queen of California', el elegido segundo single del disco, es muestra perfecta de lo que podemos encontrar, y es la que da un pistoletazo de salida a un disco que, como en toda su discografía, aúna lo mejor de la técnica de Mayer - exquisita, perfecta - con su habilidad para crear música accesible a la primera escucha, con un componente pop que no desmerece al conjunto.

Bajo la atenta mirada del productor Don Was se ha creado un disco en el que prima la cohesión temática sobre el posible éxito comercial se han quedado en el tintero muchos temas presentados en pequeños conciertos acústicos que tenían una proyección brutal. Aparecen así experimentos musicales nada habituales en el registro del americano, como 'Whiskey Whiskey Whiskey' o 'Walt Grace's Submarine Test, January 1967'. Sin embargo, es la espina dorsal, 'Queen of California' - 'Born and Raised' - 'Born and Raised (Reprise)' la auténtica baza del disco, una suerte de presentación, nudo y desenlace que a su vez representan las diferentes estapas de todo viaje. Un tridente de exquisita factura y ejecución compuestos por una gracia que se reserva a muy pocos músicos.

Sobre estas bases asienta ahora John Mayer el futuro de su carrera. Unas raíces country que ya ha afirmado continuará explorando, y que han obligado al prodigio de la guitarra a reinventarse en gran medida. Hasta entonces tocará salir a dar un paseo una tarde grisácea, ponerse este 'Born and Raised' y dejar que el amigo Mayer ponga por nosotros color y música a nuestra vida. 

sábado, 15 de diciembre de 2012

Musicote 2012 (III)

¡Pasen y vean, a los tres grandes finalistas al prestigiosísimo título de disco del año que otorga este blog! Este lunes espero tener lista la entrada del número uno. Y bueno, eso ¿qué tal todo? ¿Como estáis? ¡Ogh! Odio estos silencios incómodos. 

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Musicote 2012 (II)

Despachada de mala manera - lo sé, lo siento, ya sabéis, el frío y esas cosas - la mitad de la lista, nos plantamos ya en la recta final. Vaya, me ha quedado bastante escueto esto: lo rellenaré con algunas palabras al azar. Libro. Jarabe. Colonia. Yogurt. Maquina de escibir. Por cierto, pretendo hacer una lista también de cine, pero para ver todo lo que ha salido en este año natural, en España habrá que esperar hasta Marzo mas o menos, así que bueno, calma. Venga, va, dadle para ver más discos.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Musicote 2012 (I)

El año pasado se me quedó clavada la espinita de hacer una entrada sobre los mejores discos, y aunque en cierto modo hablé de ellos (aquí y aquí), hacer una lista tiene mucho más encanto, te pasas más tiempo pensando bien las posiciones, reescuchando temas de principio de año ya olvidados... y vamos, que en 2012 no os libráis. He reducido a 15 mi lista de los mejores discos, y hoy voy a despachar la mitad ya que sobre estos no voy a hablar: porque los he escuchado menos, no me siento tan cómodo dentro de la obra del autor y vamos, porque me da pereza, que hace mucho frío, y toda hora empleada fuera de la protección de mi nórdico me parece una locura.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Miranda July es una indie


Me da pánico el término "indie". De hecho, no tengo muy claro lo que significa en abstracto, más que nada porque me da la sensación de que se usa de una manera diferente según convenga. Del cine de bajo presupuesto a los videojuegos desarrollados sin el amparo de una distribuidora, al término peyorativo que usamos hacia las personas, no tengo claro lo que esta palabra quiere decir. No hablemos ya de la música. Pero aún así, hay personas de las que resalta una cualidad sobre el resto, algo que las define. Y Miranda July es una indie.

Prácticamente desconocida por estos lares, Miranda July es una escritora, artista, directora, indie estadounidense que dedica su tiempo a estar casada con Mike Mills, autor de la preciosa 'Beginners' y a ser inspirada y dar su sello de identidad a todo lo que esté asociado con ella. Performance artist, fotógrafa, o lo que quiera que le interese en ese momento, Miranda July es una de esas fuerzas creadoras sin parangón que, para bien o para mal, son fieles a si mismas hasta sus últimas consecuencias.

Esto es palpable en sus dos películas, las que le han valido para algunos el - exagerado - calificativo de "la Woody Allen femenina". Yo en realidad creo que es una indie. 'Me and You and Everyone We Know', su ópera prima que triunfó a lo grande en Sundance y Cannes, es una "peliculita" hecha con mucho amor y poco dinero, sobre la vida, las rarezas de cada uno, el amor y las personas. Es un film  coral escrito brillantemente de principio a fin, presentándonos unos personajes humanos pero idealizados a la par, brillantemente interpretados por un elenco entre el que ella misma figura. Una delicia que tiene su contrapunto en 'The Future', un espectáculo vacío, visualmente apreciable pero fallido a la hora de contar algo, pero perdonable porque es una película que no realiza ninguna concesión, es la obra que su directora quería hacer.



Miranda July es también una escritora. "Nadie es más de aquí que tú", su libro de relatos, está editado por Seix Barral, y es, al igual que su primer film, una colección de rarezas y pequeños detalles que definen al ser humano. Una obra preciosista pero no por ello no realista, ya que la sexualidad es un tema que está presente desde el principio y tratado con crudeza. Aqui arriba podéis ver 'Are You The Favourite Person of Anybody?' un corto escrito por ella que refleja perfectamente la esencia de toda su obra.

Miranda July es muchas cosas, y si queréis concerlas todas no tenéis que más que pasaros por su página web, una de las más brillantemente diseñadas que he visto. Miranda July es mucha cosas, pero en el fondo es una indie.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Disculpadme

He estado un poco ausente. No porque tenga grandes cosas que hacer ni nada, en realidad lo único que he estado haciendo es escuchar esta canción. 

lunes, 29 de octubre de 2012

¡Oh, Bobby!

Mañana un servidor cumple 21 años. Y como me han dicho muchas veces, yo, en el fondo, soy un viejo. Por eso no puedo evitar echar la vista atrás. Este fin de semana, mientras trataba de poner orden esa jungla que yo juraría que algun día fue mi habitación, encontré mi vieja colección de cómics. Y aunque tengo las lecturas muy ajustadas para que me de tiempo a leer todo lo que quiero leer en mi tiempo libre, no pude evitar apartar el libro de turno y sumergirme en esas viñetas de mi infancia. 


Debo aclarar que mi afición por los cómics, aunque me viene desde muy pequeño y casi de familia, vive en estos días su apogeo. De pequeño me labré una colección tan personal como incoherente: no sabía ni de autores, series, ni a penas de personajes. De hecho, la unica colección que conocía al dedillo era "El Terrorifico Mundo de Bobby", posiblemente el primer cómic que haya leido. Por eso encontrarme con esa caja (cuyas últimas compras realicé con 14 o 15 años, no en mi más tierna infancia que digamos) fue como ver un reflejo de mi mismo, y como he evolucionado (que ahora no es que sepa demasiado de nada, que digamos: me sigo perdiendo en autores, series y personajes; pero vamos, que algo más sé).

Y es que, joder, antes disfrutaba mucho más todas estas cosas. Recuerdo la tremenda fascinación que me producía el personaje de Veneno (la única cosa que, con el tiempo, di aprendido a dibujar bien), como bajé corriendo para dejarme la paga en la recopilación "Spiderman: Toxin" solo porque me había enterado de la relación con la que este guardaba, y como lo devoré en cuestión de minutos. Y como lo volvía a releer a la semana. Como no entendía de formas, porque aún habiendo tenido el tomo de "Lobezno: Snikt!" durante casi 7 años, hasta ayer no empecé a apreciar lo increible del dibujo, y a la vez la animalada que es reimaginar con ese look tan anime a Logan. Y como su historia que me pareció cojonuda ahora me doy cuenta de que me la han contado infinitas veces. Y como disfrutaba, maldita sea, que al final todas estas cosas se reducen a eso: disfrutarlas.

Y vamos, me váis a perdonar, pero me he sentido viejo este último fin de semana, al menos viejo respecto a ese chaval que llenó esa caja con sus gustos. ¡Yo por este cumpleaños quiero volver a leer comics, ver películas y devorar libros con esa misma candidez!

lunes, 15 de octubre de 2012

La vida, el universo y Angels & Airwaves



Corría el año 2007, y mi adolescente yo, embarcado en una primera ruptura rebosante de drama teen, descubrió por casualidad el nuevo y flamante grupo del por aquel entonces ex-Blink 182, Tom Delonge.  Muy consciente de las carencias de este grupo (para que negarlo, a aquel que no le guste le sonará todo a lo mismo), la banda americana ha sido desde entonces uno de mis grupos de cabecera, al que recurrir siempre que me encontraba de bajón, quizá por asociación, pero siempre con un efecto sanador y capaz de ponerme en modo positivo. 

Angels & Airwaves es un grupo en el que Delonge se pone muy metafísico, y es que a pesar de querer dar una imagen de democracia musical, es el ex-Blink el que pone el rumbo musical de la banda. Siempre queriendo tirar hacia lo absoluto, queriendo reflejar la grandiosidad de la vida y el amor en sus formas más pequeñas, no es de extrañar que mis amigos y yo pasásemos horas imaginando con que saldrían en su peli. La peli de Angels & Airwaves

Y es que a pesar de que casi cinco años pasasen para su lanzamiento, y de que sea el prácticamente desconocido William Eubank el que escriba y diriga la misma, queda claro que la implicación de la banda va más allá de las labores de producción y musicalización. 'LOVE' es un film ciertamente interesante que refleja todos los tics y manías de la banda americana. El capitan Lee Miller -interpretado por un soprendentemente competente y desconocido Gunner Wright -, orbitando alrededor de la tierra en una misión de acondicionamiento de una estación espacial, pierde contacto con la tierra, quedando totalmente aislado. 



A partir de una premisa que ya bastante conocidoa viene un tratamiento muy interesante de la misma. Eubank consigue narrar con maestría el descenso a la locura de su protagonista, y capaz de sobreponerse a un par de recursos narrativos que podrian amenazar con romper la unidad de la misma. El mensaje de 'LOVE' es claro: somos historias en nosotros mismos, historias de conexión, de relación, de amor hacia otros seres humanos, y sin esos otros seres, no habría ninguna historia que contar. 

Tampoco hay que llevarse a engaño, 'LOVE' es una cinta indie, carne de festival, de ahí que no se haya estrenado en ninguna sala comercial, y que no consigue hacer ninguna reflexión revolucionaria. Es un "experimento" (hay que tener bastante cuidado con esta palabra) recomentable para los fans de Angels & Airwaves, cuya labor de musicalización, extraida de sus dos últimos albumes, Love Part I & II, es excelente, y para los valientes a los que le gusta ver películas sin prejuicios. Diríamos que es la clase de película que o la odias, o te gusta de un modo razonable. 

PS: Por alguna razón que se me escapa, no soy capaz de insertar videos. Tenéis el tráiler aquí. Para todo lo demás...

lunes, 1 de octubre de 2012

El Otro Camino



Parece que el año pasado se llegó a una especie de consenso que ratificaba "El Camino", de The Black Keys, como uno de los mejores trabajos del año, si no el mejor según muchos. A la sombra del éxito de los estadounidenses inicaba su aventura musical Hanni El Khatib, un estadounidense de ascendencia palestina que firmó con "Will The Guns Come Out", su disco debut, uno de los proyectos más interesantes del pasado 2011. Durante mucho tiempo me cansé de decir y repetir a todos los fanáticos de la banda de Ohio que le dieran una oportunidad al disco de El Kathib, ya que a pesar del despliege de medios del que disponían los primeros y de la menor escala del segundo, ambos comparten unos valores de producción y una manera común de comprender la música.


Y es que este "Will The Guns Come Out" es una suerte de versión low-cost de "El Camino". Ambos son discos desnudos, con pocos arreglos, que dejan la suerte de la canción en la rabia y la garra de la línea de guitarra, creando canciones enérgicas y duras de a la vez muy fácil escucha. Como decía, El Kathib disponía de muchos menos medios, y eso se nota en el sonido de la obra. El disco suena sucio, al más puro garage rock. La distorsión es una constante a lo largo del disco tanto en la insturmentalización como en el apartado vocal, en el que El Kathib es capaz de cambiar su registro según lo pida la canción pasando de una tonalidad de balada a una más de macarra sin despeinarse. Y esa es la sensación que da el disco, que es un trabajo que El Kathib se ha sacado de la manga sin estrujarse demasiado los sesos. Duro, bonito, directo. Fácil. Y además bueno.

El Kathib firma temas de todos los colores, ostilando entre el rock  más clásico - esa elegante "Dead Wrong" - hasta el más duro - esa apisonadora que son "You Rascal You", "Fuck It. You Win." y "Build. Destroy. Rebuild."- o hitazos destrozasalas como la contundente "I Got a Thing", que ya hubieran querido que formase parte de su repertorio los Arctic Monkeys más adolescentes. ¡Hasta hay sitio para ponenos sensiblones con esa preciosa "Wait. Wait. Wait."! 

Pero si hay una canción que se lleva el gato al agua, esa es el single, "Come Alive". Dura, directa y contundente, estoy seguro que los Black Keys hubieran dado un dedo por componerla. A estas alturas, no me queda más que recomendaros encarecidamente que le déis una escucha. Luego otra. Y después otras cuantas más. Porque Hanni El Khatib tiene esa pureza del artista que empieza combinada con el talento desbocado del rockero empedernido. Para mi sorpresa, las analogías entre The Black Keys y Hanni El Khatib que tanto me empeñé en repetir hasta la saciedad tienen ahora un punto de premonición cuando este verano se anunció que Dan Auerbach está produciendo el segundo disco del estadounidense-palestino. El universo tiene a veces estas pequeñas cosas que hace que le den a uno ganas de pensar o de echarse una siesta. 

viernes, 28 de septiembre de 2012

Segunda Temporada

¿Sabéis esa clase de series que se estrenan en verano y que suelen ser experiencias "piloto" para ver como va la cosa, y que suelen tener pocos episodios por temporada? Pues podéis considerar todo lo escrito aquí hasta ahora eso, la primera toma de contacto, y todo lo que va a venir a continuación, la segunda temporada: la de verdad, la que vale.

La verdad es que me he tomado un descanso bastante largo de esto de escribir un blog, un descanso que se vió alargado por una curiosa situación: siempre que quería volver a escribir aquí, no sentía este blog como mío. No se si os pasará a vosotros pero cuanto más pasa el tiempo más en desacuerdo me encuentro conmigo mismo, y por ende, con las entradas aquí anteriormente escritas. ¿Cómo volver a escribir si al final el tan criticado "Diciembre" de Leiva resultó ser uno de los disco más importantes para mi este año? ¿Como volver a hablar de series si a "Awkward.", a la que tanto defendí, la he dejado en el olvido y seguramente no llegue a recuperar nunca? 

La respuesta, es que quiero contar más cosas, y escribir más cosas. Puede que luego todo caiga en saco roto, pero he visto más cine, he escuchado más música, me han pasado más cosas, y lo más importante, quiero hablar sobre ello, y lo intentaré hacer con más frecuencia. Y bueno, moldeando un poco el dicho: borrón y cuenta vieja. Espero que nos leamos por aquí.

miércoles, 2 de mayo de 2012

#012



Los que me conocen saben que soy una persona pro-entretenimiento. No pertenezco a esa pedante sección de personas que decalifican una obra, bien sea literaria, cinematográfica, televisiva o videojueguil por abandonar las pretensiones formales dramáticas en pos de un mayor espectáculo y diversión. Todos queremos volver a sentirnos niños de vez en cuando, y estas piezas realizan esa función regresiva que en los tiempos que corren se sabe más necesaria que nunca. Estas obras son de consumo rápido, no exigen al receptor un gran esfuerzo intelectual y simplemente proponen pasar un buen rato. Por eso mismo te puedo defender la narrativa de Flann O'Brien o Gilbert K. Chesterton como te puedo contar que disfruto como un idiota cuando me leo las obras de Dan Brown en menos de una semana: no hay aquí ninguna escision lógica, porque un sector no es excluyente del otro. Puedes adorar 'El Padrino' y pasártelo bomba con 'Transformers', no hay que yo sepa ninguna ley escrita o no que lo prohíba, ni siquiera las relativas al gusto, que a todas cuentas son las más ridículas que existen.

Esto viene (o más bien, no viene) al cuento del último y enésimo fenómeno literario-cinematográfico al que hemos asistido durante este último mes, 'Los Juegos del Hambre (The Hunger Games)' adaptación de la homónima novela de Suzzane Collins, y que ha traido todo los que estos booms suelen suponer: récords de taquilla mundiales, sobresaturación de todos los medios con campañas publicitarias, aparición masiva  de gigantescos clubes de fans, reedición del formato literario de la saga, y un largo etcétera que no nombraremos para preservar la salud mental del que suscribe. Con un estreno casi un mes antes al otro lado del charco, el feedback de la crítica que nos iba llegando a este país subdesarrollado culturamente apuntaba claramente en una sola dirección: Los Juegos del Hambre era un sano entretenimiento, una buena  adaptación, y todo lo que un blockbuster debe ser. Nada más lejos de la realidad, si bien Los Juegos del Hambre es una muy buena adaptación de la novela (por lo que se respeta la historia original, y aquí respetar lo diré en clave no de ser fiel al libreto, si no de no plagar esta producción de cambios absurdos), pero falla, precisamente, en ser demasiado fiel a la novela.

Y es que Los Juegos del Hambre es una novela con poco o nada de cinematográfico. Puede que muchos hayan visto en su aire distópico y en la competición que da nombre al libro potencial para fascinar al espectador, pero lo cierto es que el libro funciona por su narración en primera persona, y cuando hacemos el tránsito de una suerte de co-protagonista a un testigo presencial, la experiencia que plantea se cae por su propio peso. Cuando descubrimos el mundo a través de los ojos de su protagonista, Los Juegos del Hambre (novela) funciona, cuando lo contemplamos como un mero espectador, Los Juegos del Hambre (película) nos aburre. 

Es un error considerar que esta adaptación cinematográfica más válida por no llegar a los niveles de ridículo que otras producciones de este corte han alcanzado. De hecho, uno llega a comprender lo problemático de un rodaje que cuentan se convirtió en una pesadilla para un Gary Ross que se ve en todo momento superado por las circunstancias: su discurso cinematográfico es endeble, la cámara es un auténtico sufrimiento para el espectador y poca idea tiene de narrar, midiendo muy mal la cadencia entre las breves y confusas escenas de acción con la eternidad de algunas partes que la novela salva por lo introspectivo de ellas, pero que en la pantalla se hacen interminables. Todo esto aderezado con una dirección artística de auténtica risa, que impide que ni podamos encontrar un mínimo goze estético: el futuro aquí imaginado es hortera, impersonal, rematadamente feo.

Al contrario de lo que parece creen esos pedantes de los que hablaba al comienzo, entretener también es un arte, no vale cualquier cosa, la ausencia de pretensión de drama no garantiza la diversión, y conseguirla tiene el mismo mérito que firmar el más psicológico drama. Los Juegos del Hambre (película) convierte la maravillosa experiencia de ir al cine con una coca cola grande en un tedio, y eso es algo que debería estar penado por la ley. 

martes, 17 de abril de 2012

#011

"Los grandes artistas copian, los genios roban" reza una de las citas más conocidas del genio cubista Pablo Picasso. Esto viene al cuento no por que sea un genio (aunque es algo que siempre he sospechado seriamente), si no de la serie de la que vengo a hablaros hoy, 'Andy Ritcher Controls the Universe', que, si no sois extremedamente lentos, os habréis dado cuenta de que es a la que este blog debe su título.


Andy Ritcher actor de comedia más conocido por su labor de colaborador y guionista en el programa de Conan O'Brien, probó suerte en 2002 en la cadena FOX con una sitcom de escasa fortuna pero de brillante factura. Las dos temporadas y diecinueve episodios que las componen beben de los elementos más tradicionales de las sitcom clásicas y a su vez muestran rasgos de la comedia moderna, unos rasgos que había empezado a tantear ya la tremendamente infravalorada 'Scrubs', pero que no veríamos explotados al máximo hasta un poco después en 'Arrested Development', que prácticamente re-creó el género en si mismo. Podríamos por lo tanto considerar esta serie una suerte de transición que mantiene el tipo a la hora de crear una línea argumental sólida que no ve mucho desarrollo, pero que a su vez saca todo el jugo posible de unos guiones absurdos y desternillantes y de un trabajo interpretativo muy sólido. Los pocos capítulos que existen de esta serie dejan momentos muy memorables, y da la sensación de que la serie fue cancelada justo cuando más cómodos estaban los guionistas.

Otra injusticia televisiva más en la que el público estadounidene no fue capaz de apreciar un humor quizá demasiado inteligente o quizá simplemente demasiado bueno. Una situación que se repite hoy en día, donde las mejores comedias hacen números alarmantemente bajos y donde las vacas sagradas poco o nada nuevo ofrecen. De todas formas, si sois amantes de estas comedias rápidas y absurdas, no puedo dejar de recomendarosla.

miércoles, 21 de marzo de 2012

#010

Hablaba hace ya casi un mes de 'Diciembre', el debut musical de Leiva, la mitad de Pereza, posiblemente el grupo más injustamente denostado del panorama musical español. Un disco que estaba lleno de buenas intenciones y duro trabajo pero que a pesar de ello no terminaba de conseguir esa cohesión y continuidad que un artista siempre debe perseguir. Ruben Pozo, la otra mitad del dúo madrileño, editaba ayer 'Lo Que Más', un disco del que ni se puede decir que tenga buenas intenciones, y que irá, al menos para el que suscribe, directo al olvido de mi papelera de reciclaje.


Decía cuando hablaba de Leiva que el discurso musical se perdía, era demasiado serio, demasiado trágico, demasiado sentimental. Decía que faltaba el contrapunto de Rubén a la hora de darle cuerpo al disco, variedad, el aire desenfadado. Y era exactamente lo que me esperaba de este 'Lo Que Más'. Nada más lejos de la realidad, 'Lo Que Más' es otro trabajo en la misma línea. Engañaba 'Pegatina', el primer sencillo del disco, y posiblemente mejor tema. Lo demás, sobra. Sobra porque parece que no hay trabajo detrás, no notamos la pasión con la que un autor trata a su obra, y si bien se ve el talento musical del madrileño en momentos puntuales, el tránsito desde el primer al último corte se hace entre canciones poco cuidadas y letras que chirrían. Mención aparte merece el apartado vocal, y es que si bien Rubén se defiende en los cortes de Pereza que llevan su firma vocal, en estas doce pistas su descuidado estilo se hace bastante insoportable.

No hay nada en 'Lo Que Más' que merezca la pena más allá de su single. Sabemos que no era una competición, pero no podemos negar que había una especie de morbo en ver quien de los dos perezosos firmaba el mejor disco, pero tendremos que esperar para ver esa competición, porque Rubén ha optado por no presentarse. Musicalmente hablando. 

sábado, 17 de marzo de 2012

#009

Raro, raro, raro.


Soy una persona de gustos complicados. En muchas ocasiones, ni yo mismo he sido capaz de justificar por que defiendo a capa y espada 'Transformers', critico 'La Naranja Mecánica' y a su vez me quejo porque 'War Horse' me parece deplorable en todos los sentidos. Pero esto es así. Y por ello encuentro las dificultades que encuentro para contar por que 'Awkward.', la última ficción del antaño canal musical Mtv, me parece tan entretenida.


'Awkward.' (hágase énfasis en el punto) nos cuenta el enésimo cuento de instituto, de la chica impopular que enamora al deportista popular, y cuyo romance le lleva a salir del lodo del anonimato. Hasta aquí cabría preguntarse que ofrece esta serie que no nos ofrezca otra, y esa es una pregunta sencilla: nada. Porque 'Awkward.' nos da muy poco de lo que vendria siendo su identidad (un drama desenfadado, que se rie de los tópicos de las series de instituto, que trata el tema de la sexualidad sin prejuicios) y mucho de discursos escuchados hasta la saciedad, reflexiones sentimentaloides poco consistentes y muy irritantes y un misterio que termina por cansar. Y a pesar de todo eso, entretiene. No gusta, entretiene. No fascina, entretiene. Podria odiarla, pero no lo hago. Podría dejar de vera, pero no lo hago. No me gusta, pero me gusta. Y de ahí la dificultad de definir lo que tiene de bueno, porque es mucho más facil decir lo que tiene de malo. 

El reparto funciona bien, quizá la pieza más floja sea una Ashley Rickards que no aguanta el peso protagonista y alterna entre momentos de genialidad y apatía. Sin embargo, los secundarios, especialmente unas tremendamente inspiradas Nikki Deloach y Desi Lydic como madre y terapeuta, que aportan el contrapunto absurdo a la serie, y al final uno se sorprende comentando con sus amigos la mitología de la serie, y por que Jenna debería quedarse con Matty y no con Jake, o viceversa. Y uno se odia a si mismo, pero en el fondo lo disfruta. 

viernes, 16 de marzo de 2012

#008

No, no llevo desde el día que publique la última entrada luchando por salir de cama. Aunque bien podría ser. Parece ser que mi vida alterna una clase de ciclos de actividad con otros de completa dejadez, y estos últimos días han sido uno de ellos. Pero entre la apatía de los madrugones, las clases y las lecturas filosóficas he tenido tiempo para encontrar algo que le de ritmo y que me haga olvidar de la rutina, y es, como no, música. Música sanadora, música balsámica, música. Un salvavidas.
Soy un ignorante en cuanto a la obra de Brett Dennen. Hasta hace cosa de dos semanas, si me preguntases por el, para mí solo tenía dos (brillantes) canciones: 'Ain't No Reason' y 'She's Mine'. Dos temas que aparecieron en momentos importantes de mi vida y que, por cosas que pasan, quise volver a esuchar hace poco. Y fue ahí cuando me topé con Loverboy, el último trabajo del Californiano. Y hay algo en estas trece canciones que han calado hondo en mi. Ajeno como soy a la habilidad/hábito de clasificar por estilos la música, más que nada porque creo que son conceptos demasiado estrechos para algo tan amplio en todos los sentidos, clasificaría este Loverboy como un disco de pop californiano desenfadado. Y lo haría asi, a ojo, pero es que es lo que Loverboy me inspira. Hay algo tremendamente positivo en todos los temas de este disco, una filosofía del ser felices, del no tomarse nada demasiado en serio, de olvidarse de los problemas y vivir la vida, que es al fin y al cabo lo único que tenemos.

Y el desfile de canciones del pelirrojo Brett Dennen son capaces de pintar una sonrisa en un rostro triste, y un día soleado cuando el cielo encapotado y grisáceo está por la labor de amargarnos. Medio trabajo lo hace la juvenil (que no adolescente) voz de Dennen, y los arreglos musicales completan la faena, son líneas de bajo animadas, guitarras desenfadadas, teclados casi se podría decir que felices. Y es que cortes como 'Sidney (I'll Come Running)' o 'Comeback Kid (That's My Dog)' impregnan a uno de esa ilusa felicidad del que a todo lo que no sea tirarse en el cesped y disfrutar del día le da igual. Hay también lugar para temas más intimistas (Make You Fall In Love With Me) y hasta para un corte cuasi-funky de 6 minutos que hace que inconscientemente te dejes llevar por la melodía.

Y es que 'Loverboy' es un disco que te hace sentir. Y es mucho más de lo que se puede decir de una gran parte del panorama musical. 

domingo, 26 de febrero de 2012

#006

Como muchos sabréis, esta madrugada se entregarán los premios de la academia de cine, los Oscars, o como guste llamarles. Siendo inexplicablemente uno de los premios con mayor estatus, año tras año vemos decisiones más sangrantes que dejan fuera a las películas más transgresoras, una cobardía propiciada indudablemente por la media de edad de los jueces/votantes/whatever (62 años) y con datos tan reveladores como que solo el 13% de los mismos baja de la edad de 50 años.

Si bien los dos últimos años las decisiones han sido de auténtica verguenza ajena, este año se prevee una de los mayores escándalos, con esa soberana tontería llamada 'The Artist' que se alzará posiblemente con la mayoría de los premios "gordos". Ante esto no podemos hacer nada, y más bien por pura catarsis que como carta exaltada-jamás recibida a los de la academia, hoy me dispongo a dar Mis Oscars 2012. Me váis a permitir que no me moje en categorías en las que no he visto a penas nada de cine o no tengo demasiada idea (Película de habla extranjera, cortos, documentales...).

Mejor Película 
 Beginners 

Mejor Director 
Steve McQueen (Shame)

Mejor Actor Principal 
Gary Oldman (Tinker Tailor Soldier Spy)

Mejor Actriz Principal 
Rooney Mara (The Girl With the Dragon Tattoo)

Mejor Actor de Reparto 
Christopher Plummer (Beginners)

Mejor Actriz de Reparto 
Melissa McCarthy (The Descendants)

Mejor Guión Original 
Woody Allen (Midnight in Paris)

Mejor Guión Adaptado 
Aaron Sorkin, Steve Zaillian (Moneyball)

Mejor Montaje 
Contagion

Mejor Fotografía 
Shame

Mejor Banda Sonora 
Cliff Martinez (Contagion)

Mejor Dirección Artística 
Hugo

Mejor Vestuario 
Hugo

Mejor Maquillaje 
Albert Nobbs

Mejor Sonido 
Tansformers: Dark of the Moon

Mejor Efectos Sonoros 
Transformers: Dark of the Moon 

Mejores Efectos Visuales 
Transformers: Dark of the Moon

Mejor Largometraje de Animación 
Rango

Mejor Cortometraje de Animación 
The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore

sábado, 25 de febrero de 2012

#005

Todo cambia y los tiempos avanzan. Los métodos se perfeccionan, y el de contar historias es uno de ellos. No deja de ser paradójico como algunas personas que se autoproclaman conocedoras y amantes de la cultura parecen tener una aprensión hacia los libros, no dándose cuenta de que la mecánica que se esconde tras las consagradas películas o series o lo que se tercie como vehiculo cultural es la misma: la pasión por contar una historia, un pedazo de una vida, de transmitir una experiencia.

Esto viene al cuento de 'The Fantastic Flying Books of Morris Lessmore', el corto de animación que podéis ver haciendo click en la imagen que encabeza este párrafo, y que se encuentra nominado al Oscar por mejor corto de animación este año. Una vida sin libros no tiene sentido. El estigma social que se ha creado en torno a la figura del lector, marginado, aislado, es una de las mayores muestras de necedad de la sociedad y del mundo en el que nos ha tocado vivir. Y es que la lectura es, como vemos en la susodicha obra: magia. Resulta entrañable ver a un medio visual que algunos parecen creer ha venido a sustiuir (justamente al contrario, los medios audiovisuales modernos estarían huérfanos sin el mundo de la historia en papel) a la lectura realizar un homenaje tan puro, tan bello y tan necesario. Porque la lectura nos transporta a otros mundos, puede convertir un mal día en algo mejor, da sentido y color a nuestro mundo interior, y una persona que no lee, está, como nos cuenta el corto, o al menos como me cuenta el corto, incompleta. Por ello, por ingenuo que parezca, os pido que no dejéis de leer. 

Y a William Joyce, que parece ser el mayor artífice detrás de esta obra de arte, pocas e insuficientes serán las veces que se le de la enhorabuena por la misma. Esto necesita un Oscar, a ver si los de la Academia no están tan ciegos como la mayor parte de la gente. 

viernes, 24 de febrero de 2012

#004

Cuando dices "Ok Go", el término que te viene a la mente es "videoclip". No es "música", aunque un videoclip esté directamente relacionado con la música. Son esas piezas de sincronización sacadas del mejor programa de variedades, de la mente del joven más ansioso por conseguir la fama en youtube, las que marcan la identidad del cuarteto de Chicago, cuando en realidad debería serlo su música. Y es que en este caso, la promoción, efectiva, ha dejado en segundo plano al producto.
Esto es una pena especialmente con su último trabajo editado en 2010, "Of the Blue Colour of the Sky". El más dificil todavía que los americanos se han ido exigiendo les ha llevado a un plano en el que son más realizadores de videoclips que músicos, y tras su firme propósito han llegado a deconstruir su propia música en ruido sin sentido. Y es una pena porque con su tercer largo estamos hablando de uno de los mejores discos que se han escuchado últmamente. Descarado y complejo, esta obra es una maravilla de diferentes matices capaz de reflejar la felicidad, la esperanza, el dolor y la fuerza del deseo. Por eso este complejo ejercicio nos deja cortes tan frágiles como "Last Leaf", tan desgarradores como "I Want You So Bad I Can't Breath" y tan esperanzadores como "This Too Shall Pass", una verdadera bocanada de oxígeno. Es una pena de un disco tan completo, con un nivel de composición de guitarra tan cuidado e inspirado (escuchen si no "Skyscrapers" y déjense llevar por una de las más bellas piezas que habrán oido) vaya a pasar desapercibido tras los "geniales" videos que no hacen más que enmascarar la verdadera identidad del grupo.

"Of the Blue Colour of the Sky" es un maravilloso viaje por la mente, corazón y alma de unos músicos que no entienden de restricciones, que encuentran cohesión donde otros verían disparidad de estilos, unos músicos capaces de plasmar un estado de ánimo en una pieza de guitarra y capaces de sintetizar un sentimiento en cuatro minutos. La potencia musical de Ok Go es incontestable, y ahora solo queda que ellos quieran que sea lo que veamos. 

jueves, 23 de febrero de 2012

#003

El cine nos pide que hagamos concesiones. Es algo que nunca me canso de decir a mis conocidos y no tan conocidos, generalmente a toda persona con la que hablo de cine. La ficción requiere esas concesiones, y el trabajo de los profesionales detrás de ella es que estemos dispuestos a hacerlas. Por ello, cuando a pesar de ver una cinta con la mente abierta hay cosas que no podemos creernos es que algo no funciona.


Algo así ocurre con 'Primos'. La comedia de moda española durante el pasado año fue una cinta que siempre me atrajo pero que, por cosas de la vida, no he podido ver hasta hace poco. Siendo la comedia muy posiblemente mi género favorito la cinta tendría medio trabajo hecho, pero algo sucede en este film que no termino de creerme o empatizar con ninguna de las historias que me propone. No me entendáis mal, el trabajo interpretativo está de sobresailente: los tres protagonistas bordan a sus personajes, los humanizan, crean una química única entre ellos, pero a la hora de creernos las historias que nos cuentan, no somos capaces de conceder la posibilidad de que nos parezcan verosímiles. La historia principal, el hilo conductor, el elemento romántico, transcurre de un modo frenético, sin apenas desarrollo, forzado, no entendemos el por qué de lo que está pasando. Al igual ocurre con la trama de Raúl Arévalo, un auténtico robaescenas, la verdadera estrella de la cinta, cuya excesiva implicación en su trama nos chirría cuanto menos. Adrían Lastra, sin duda el mejor trabajo de interpretación de la cinta, es el único que consigue que nos creamos algo, con una historia humana y un personaje entrañable.

El no poder creernos del todo lo que 'Primos' tiene que contarnos afecta a la hora de que no sea nada más que una muy solvente comedia. Aún así, simplemente por devolvernos a un clima familiar, que nos cuenta una historia de realización, que presenta tan perfectamente los valores familiares de apoyo incondicional (¡esa primera escena!), su visionado se torna bastante recomentable. 

martes, 21 de febrero de 2012

#002

Leiva no se encuentra


Resulta paradójico el título del decimoprimer corte de este Diciembre de Leiva, 'Hoy No Me Encuentro', un título que parece reflejar la entera dinámica de este album, que a pesar de tener muy buenos propósitos no llega a encontrarse cómodo en ningún momento, lo cual se refleja en la deriva musical en que se convierten estos tediosos trece temas.


No me entendáis mal, los más fanáticos de los cortes de Leiva en Pereza encontrarán en este trabajo material más que de sobra para verse satisfechos, pero lo cierto es que este es un disco de luces y sombras, y en concreto, muy pocas luces y muchas sombras. Por ello engaña mucho el comienzo, luminoso, con tres temas que son una apisonadora, 'Nunca Nadie', 'Eme' y '92' los cortes más inspirados del disco (no en vano en base a ellos se ha articulado la promoción del mismo). Lo malo es que después Leiva se pierde en una repetición de sonidos, estructuras, y letras vacias que hacen que casi todos los temas suenen prácticamente iguales y que afean la bella factura musical y el cuidado que se ha puesto en una instrumentalización y una musicalización por otra parte impecable.

Demasiado intimista, demasiado continuista, poco arriesgado, si este disco responde a las inquietudes de Leiva de encontrar su propia identidad musical, la poca consistencia del mismo deberían servir de contestación: para todo ying hay un yang, y Leiva necesita de Rubén no a la hora de componer, si no a la hora de elaborar un continuo musical.